lunes, 3 de noviembre de 2008

LA NAVEGACIÓN POR EL RÍO GRANDE DE LA MAGDALENA EN EL SIGLO XXI, CON EPICENTRO HONDA


Los medios de comunicación nacional, casi nunca resaltan noticias positivas de las ciudades intermedias, de ahí que es nuestra obligación darlas a conocer a los colombianos y extranjeros, y decirles que en el año de 2.006 hubo dos hechos de relevancia en la navegación de Colombia en el centro del país, como fue el arribo del aerodeslizador “Ciudad de Mompox” y el “Florentino Ariza”, ambas embarcaciones prestan sus servicios a mucha distancia del centro fluvial colombiano. El aerodeslizador entre Cartagena y Mompox, y el Florentino entre Flandes y Girardot, pero ambos se atrevieron a descender y ascender los rápidos o saltos de Honda.

(Foto; Puerto de Arrancaplumas en Honda, estudiantes rumbo a partir hasta puerto Carrión)


Y es que la historia reseña que el río Arly, Caripuaña, Guacahayo o Yuma fue navegado por sus primeros pobladores desde el arribo mismo a estos territorios inhóspitos. Río que fue llamado “Río Grande de la Magdalena” a partir del 1 de abril de 1.501 cuando Rodrigo de Bastidas en un reconocimiento que hacia a la nuevas tierras de las Indias lo bautizo así. En 1.531 Don Jerónimo de Melo lo navego y, el 6 de abril de 1.536 una expedición a mando de Gonzalo Jiménez de Quezada lo navego hasta la Tora. Eso en la parte baja, porque en la parte alta lo navego en 1.538 Sebastián de Belencazar hasta el río Sabandija cerca de la actual Villa de Honda.
(Foto ; Puerto de Arrancaplumas, canoas listas a salir en la competencia de canotaje, en el Carnaval de la Subienda)
Y los primeros (blancos) en bajar el salto fueron Gonzalo Jiménez de Quezada, Sebastián de Belencazar y Nicolás de Federman a inicios del mes de junio de 1.539, cuando iba rumbo a Cartagena y de allí hacia España. El primer barco a vapor en subir el Salto o rápidos de Honda fue el Weckbecker piloteado por Alejandro Weckbecker en el año de 1.861.

(Foto; Malecón turístico José Eusebio Suarez Gaitan)



“Los barcos que desde Caracoli se dirigían hacia el sur, se preparaban allí para trasmontar el Salto de Honda. Con ese fin, descargaban toda la carga comercial y desembarcaban a todos los pasajeros; tomaban la leña o el fuel-oil necesarios para recorrer los 4.2 Km., que se extienden desde allí hasta Arrancaplumas; revisaban cuidadosamente las maquinas; preparaban sus cabrestantes y los cables largos de Manila; ponían proa hacia arriba; y zarpaban lentamente. El capitán de barco don Adriano Poveda, y el maquinista ( o “ingeniero” como les decían los demás tripulantes con respeto) don Pedro Narváez, hicieron esa maniobra juntos o separados, varias veces en su vida de tripulantes del Magdalena. Ambos le relataron el cruce del Salto de Honda, episodio que en su tiempo era una notable hazaña náutica fluvial, por lo que estaba teñida de cierta aura heroica.
(Foto. El Florentino Ariza, ascendiendo los rapidos o Saltos de Honda)

Para trasmontar el Salto de Honda había que escoger una época de buenas aguas. Normalmente esto ocurría en los meses de abril y mayo, y en los meses de octubre y noviembre. Hacer esa travesía en tiempos de aguas bajas o medias era casi imposible y sumamente peligroso y, lógicamente los dueños de los buques lo prohibían.
(Foto; en el Florentino Ariza, de izquierda a derecha. Ofelia Calderon, Tomas Vargas, Jairo Pinto, docente, Luis Carlos Arboleda Rueda, rector, David Ramírez Maya, Ignacio Calderon, y arrodillado Tiberio Murcia Godoy)

El salto de Honda no es (como su nombre lo sugiere) una caída vertical de las aguas del río. No. Pero es el trayecto que baña a la ciudad de Honda entre Arrancaplumas y Caracoli, en el cual el río corre con gran velocidad debido a una fuerte pendiente que allí adopta; el cauce es estrecho y va encerrando entre peñones a lado y lado; tiene numerosos remolinos, aquí y allá; presenta muchos “rápidos” muy fuertes y peligrosos; tiene grandes rocas que se elevan del fondo del río muy por encima de las aguas, como enormes obstrucciones de piedra; y en resumen, su curso, paso a paso, es muy difícil y muy peligroso. Además, la vena del agua mas profunda, cambia de un mes a otro y, claro esta, cambia de un año a otro. Cada episodio de subirlo o bajarlo era una experiencia nueva, distinta a las anteriores, muy arriesgada e impredecible, aun para los prácticos (o pilotos) mas avezados. Esa es una de las grandes razones para admirar el valor y el carecer de Weckbecker (el primero que lo hizo) y Cisneros (el segundo, y quien no sabia como lo había hecho el alemán”.
(Foto, el Florentino Ariza, atracado en la playa de Ambalemita, al fondo el Puente Luis Ignacio Andade (El Carmen).

Como leímos de Poveda, ascender los saltos no eran cosas de principiantes sino de expertos en la navegación, por eso resaltamos la fecha del viernes 15 de septiembre del 2006, ese día el aerodeslizador ciudad de Mompox rompió el hito de la navegación, al descender, ascender y descender en un mismo día el río grande de la Magdalena. Y la del jueves 26 de octubre del 2006 cuando descendió el Florentino Ariza, y la del 14 de noviembre cuando con gran dificultad ascendió. Dejamos a consideración de ustedes estos hechos históricos de la navegación, porque nosotros los ribereños sabemos que los ríos de nuestra patria son el futuro de Colombia, así nuestra clase dirigente no haya asumido y aceptado el rol del hombre colombiano.

(Foto, el aerodeslizador, ciudad de Mompox, ascendiendo los saltos o rapidos de Honda, fondo puente Luis Ignacio Andrade, (El Carmen).









Recorte de prensa publicado por el periódico El Tiempo, anunciando el arribo del aerodeslizador a Cartagena)

El aerodeslizador descendiendo los saltos o rapidos de Honda, al fondo el Puente Luis Ignacio Andrade (El Carmen)






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